DON BALÓN

Dicen que nunca se rinde: Claves de la tercera final europea seguida del Sevilla

Los de Unai Emery firmaron otra noche mágica para apuntarse a otra cita con la historia, esta vez en Basilea. El Shakhtar sólo intimidó al final del primer tiempo. Gameiro, héroe con dos goles

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El Sevilla parece hechizado por la magia de la Europa League, una competición que le sigue llenando con creces las arcas de la ilusión cuando sin embargo parece haberse convertido en un terreno mucho más familiar que cualquier otro. Combinar lo rutinario con lo especial provoca una fórmula extraña pero tremendamente embriagadora, que tiene enchufado no solo a todo el sevillismo, desde futbolistas a aficionados, sino a la competición propia, que bien podríamos decir que ha amoldado sus características de pasión a la nervionense. El 3-1 cosechado esta noche ante el Shakhtar en el Sánchez Pizjuán rubrica el penúltimo paso de otra temporada en la que se pasó del fracaso a la gloria, de una prematura eliminación de Champions a encontrar el calor en la segunda competición europea y darle al año el sentido que no hubiese tenido de otra forma. Así fue el choque:

1. Manda el Pijuán. Era de esperar, y si en la ida el Sevilla sufrió el control y el empuje del Shakhtar durante muchos minutos de juego, en este partido de vuelta la iniciativa y las ocasiones corrieron a cargo de los locales, al menos en casi todos los tramos del encuentro excepto en el rato en el que los ucranianos estuvieron cerca de poner en problemas a los de Unai Emery. El equipo hispalense no especuló, fue a por la pelota y a por la iniciativa y supo manejar casi todos los tiempos del choque.

2. Gameiro. Y en este juego, el delantero francés que esta temporada ha reventado en Sevilla volvió a ser el jefe. Primero, marcando el 1-0 a los nueve minutos de partido después de un monumental fallo de

Malyshev en la salida de balón. El galo, en un encuentro que rápidamente se adaptó a sus características de juego rápido y cabalgadas verticales, encaró la portería de Pyatov y no falló ante el guardameta. Un tanto que obligaba al Shakhtar a marcar dos. Posteriormente, en el inicio de la segunda mitad y en el momento en el que más lo necesitaba el equipo, recibió un estupendo pase de Krychowiak para marcharse del portero y hacer el segundo.

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