Fue el gesto más emotivo de la celebración del título de Copa del FC Barcelona anoche sobre el césped del estadio Vicente Calderón.
Luis Enrique y Leo Messi se fundieron en un abrazo. No fue un abrazo cualquiera. Fue muy intenso y duró mucho más que el resto de abrazos de alegría que se pudieron ver anoche en Madrid.
Fue un abrazo especial que rubricaba la sintonía que Luis Enrique y Leo Messi mantienen desde que en enero de 2015 su relación estuvo a punto de acabar en divorcio.
Luis Enrique estrujó materialmente a Messi entre sus brazos en un apretón interminable mientras le decía:
«Gracias Leo. Has vuelto a estar inmenso».
Messi sonreía y agradecía al técnico sus palabras.