Adriano Correia ha sido claro en su propuesta al FC Barcelona: «O me dejáis marchar a coste cero o me quedo aquí calentando banquillo hasta el final de mi contrato». Un desafío en toda regla en el que se vislumbra un claro perdedor: el FC Barcelona. Si la directiva cede a las pretensiones del jugador y hace feliz a Luis Enrique sacándolo del vestuario, la Lazio será feliz recibiendo a un futbolista internacional brasileño sin coste alguno, Adriano será feliz porque el dinero de la operación irá a parar a su bolsillo y el Barça volverá a perder otra oportunidad de recuperar el dinero que en su momento invirtió para traer a Adriano del Sevilla al Camp Nou.
No se presenta fácil la salida al conflicto. Después de las fugas gratis de Alves y Sandro y de la propinilla que percibirá el club por Bartra (8 millones), la idea de Bartomeu es cerrar el grifo de las salidas que no dejan beneficios.