Josep Maria Bartomeu, que asumiendo el pacto con la Fiscalía asume también las irregularidades fiscales en el fichaje de Neymar que siempre negó, reconoce implícitamente los errores que se cometieron en dicha operación y desactiva la teoría de la mano negra que le sirvió en su momento para desviar atenciones y culpar al Real Madrid de estar detrás de todo.
A la hora de la verdad, Bartomeu no ha tenido más interés en la resolución del caso que salvar el pescuezo. El suyo y el de Sandro Rosell. Y no le ha importado cargarle el mochuelo a la tesorería del club con esos 5,5 millones que no tiene, como se demostró en el intento de contratación de Nolito por 18 millones.