La lista es extensa. Hasta hace bien poco el sueño de cualquier jugador del mundo era jugar en el FC Barcelona. Las cosas han cambiado en los últimos tiempos, especialmente entre los futbolistas que desarrollan tareas ofensivas. La imposición del tridente mágico, Messi, Suárez y Neymar, de jugar todos los partidos y todos los minutos, echa para atrás a muchos cuando el FC Barcelona se interesa por su contratación.
A todos les gusta el Barça, pero nadie quiere enfundarse la camiseta del Barcelona para ser carne del banquillo o para no cobrar mucho más de lo que perciben en sus clubs. El primero que le dijo «no» al Barça fue Marco Reus, que admitió que no se veía capaz de competir con «los tres monstruos» que forman la línea atacante del Barcelona.