Tras semanas de incertidumbre, la afición del Atlético de Madrid respira aliviada después de que el Cholo Simeone colgase en sus redes sociales una instantánea que prácticamente confirmaba su intención de permanecer en el club la próxima temporada. “Trabajando desde Buenos Aires”, rezaba la imagen, en la que se le podía ver junto a Braida y Gil Marín en su país natal. Muy poco después, el Atlético hacía oficial el primer gran fichaje de la pretemporada: Nico Gaitán, un objetivo que llevaba tiempo en la agenda del preparador albiceleste.
Sin embargo, después del necesario tiempo de luto después de perder la final de la Liga de Campeones el pasado 28 de mayo, un golpe tan duro que hizo que Simeone se plantease su continuidad en el equipo (“tengo que pensar”), nada volverá a ser lo mismo en el club de la ribera del Manzanares. Para poder seguir Simeone ha impuesto una serie de condiciones, que pasan por darle un salto de calidad a la plantilla para no sólo igualarse a los grandes en cuanto a capacidad competitiva, sino intentar superarles. Es algo que llevaba reclamando desde hace más de un año pero que de momento desde la directiva no le habían podido dar del todo.
Se harán fichajes de postín (Gaitán, el primero) y todo pasará por su supervisión. No habrá más ‘Jacksons’, es decir, se intentará fichar lo que pide el argentino en todo caso. Sin embargo, todo esto hace prever un aumento enorme del nivel y, por tanto, de la competitividad dentro del plantel colchonero, algo que hará que varios de sus integrantes actuales que ya disfrutaron de pocos minutos la pasada temporada se lo piensen dos veces antes de seguir.
Entre los candidatos más claros a marcharse están Luciano Vietto y Óliver Torres.
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