178 partidos en tres años. Casi 60 partidos por temporada. En las tres últimas ha disputado 57, 61 y 60 partidos respectivamente. Es el balance de Leo Messi en las tres últimas temporadas. Se entiende que el crack argentino llegue fundido a los finales de cada temporada. El problema, de cualquier forma, tiene solución y Luis Enrique ya se la dejó entrever al jugador al final de la última temporada: «el próximo año jugarás menos para que puedas llegar mejor a los partidos decisivos».
Messi es de esos jugadores que lo quieren jugar todo. De hecho su divorcio con Luis Enrique a los cuatro meses de llegar éste al Barça se produjo precisamente porque le dejó en el banquillo de Anoeta después de regresar de Argentina, con la que había disputado un partido internacional. Desde entonces Messi lo ha jugado todo y no ha sido sustituido.
La situación va en contra de los principios fundamentales de Luis Enrique, un técnico que concede un valor superlativo a la preparación física.