A la espera de cerrar la firma del patrocinador que estampará su logotipo en la camiseta del FC Barcelona, la situación económica del club, agravada con la multa por la resolución del caso Neymar y con el añadido del pago de los 47 millones que dejó como herencia envenenada Joan Laporta, es realmente angustiosa. Bartomeu confiaba en cerrar el ejercicio 2015-16 con un esfuerzo supremo de contención de gastos para salvar el superavit e iniciar la 2016-17 con más desahogo para invertir en renovaciones y fichajes. Sin embargo, el panorama es aún peor que el del pasado año y la solución a todos los males del club pasa por la llegada del nuevo patrocinador que aportaría entre 60 y 80 millones de liquidez.
El club trabaja intensamente en la firma de ese nuevo contrato con la esperanza de que el sponsor traiga bajo el brazo el fichaje de un galáctico, que sería el lateral que reclama Luis Enrique, Héctor Bellerín, por quien el Arsenal pide 40 millones.