Claudio Bravo no se toca. Así de contundentes se muestran algunos de los ‘capos’ del vestuario que no quieren oír a hablar de la marcha de uno de los jugadores más queridos de la caseta culé. Y aún menos de una pérdida de importancia en el equipo.
Las malas artes de Ter Stegen –el alemán amenazó con salir si ‘Lucho’ no dejaba al chileno en el banquillo en Liga y Champions- tienen en pie de guerra a una plantilla que se decanta mayoritariamente por el concurso de Claudio a quien le han hecho llegar todo su apoyo.
El reciente campeón de la Copa América gana la partida de entrada. Los jugadores, cuentan desde dentro, se sienten más cómodos/tranquilos con Bravo bajo palos de quien destacan su experiencia/madurez como un activo que el Barcelona no puede obviar.