Ojo, curvas. Claudio Bravo saldará del Barcelona harto de todo y de todos. El chileno, muy querido en el vestuario, abre la puerta de atarás del Camp Nou para dar terminada una etapa marcada por la decisión interna de priorizar a Ter Stegen a su persona.
En el club se abrieron al alemán como una amapola. La estrategia de la secretaría técnico azulgrana apuntaba en una sola dirección: mantener al germano en el Barça que amenazó con dejar tirado al club. No será así. Ter Stegen tiene apalabrado por los despachos la titularidad indiscutible en el Barcelona. Luis Enrique traga.
La última conversación, y definitiva, mantenida entre el chileno y Pep Guardiola avisa de lo mal que se han hecho las cosas en Can Barça con el jugador y, ojo, en lo deportivo.