El portero Pau López, que ha abandonado el RCD Espanyol para recalar cedido en el Tottenham, ha difundido una carta este viernes para despedirse del conjunto blanquiazul y de la afición ‘perica’, un texto donde proclama su fidelidad a la entidad barcelonesa, la que considera «su casa» como así le dicta su «corazón y cabeza».
«Quiero dar las gracias a la afición. Siempre he notado su cariño. En los buenos y en los malos momentos. Siempre han tenido conmigo palabras de consuelo y de ánimo. Siempre me han acompañado y quiero ofrecerles mi absoluta gratitud por todo el apoyo que he recibido. Cada día. Partido tras partido. El Espanyol es mi casa desde hace ocho años y lo seguirá siendo. Es lo que dice mi corazón y mi cabeza», indica en el texto publicado en la web del club. Tras declarar su amor a la entidad donde se formó, el meta explica también las circunstancias de su salida. «Como decisión personal, he tenido que valorar qué camino debía seguir después de unas semanas de incertidumbre. Cuando se me abrió esta puerta pensé que sería una muy buena oportunidad para seguir mejorando y creciendo profesionalmente hasta dar el máximo de mí», explica, añadiendo además que el Espanyol le inculcó «la pasión por el trabajo» y también «la superación».Por ello, pone rumbo a Londres en una decisión «única» y «exclusivamente» suya, que ha contado con las reticencias de todos los estamentos del club. «Desde Ramon Robert hasta Thomas N’Kono pasando por Angel Gómez y Quique Sánchez Flores me han reiterado en más de una ocasión su voluntad de que no saliera del Espanyol. He sido yo quien, de manera individual, he entendido que sí era el momento», desvela.
El meta mantendrá su «corazón» blanquiazul «pase lo que pase» en esta nueva etapa y por ello desea lo mejor a la familia ‘perica’. «Os deseo a todos mucha suerte en esta temporada llena de ilusiones. Sólo puedo pediros que no desfallezcáis en el apoyo al equipo y que, todos juntos, hagamos que esa ilusión se convierta en una realidad. Esa es nuestra fuerza. Ese es nuestro sentimiento», concluye.
