Al final, resultará que el fiero Louis van Gaal también tiene su corazoncito. Eso es lo que se deduce de la trampa que, según ha confesado el propio jugador, utilizó Christophe Dugarry para que le permitieran dejar el Barcelona. El delantero francés, quien formó parte de la plantilla barcelonista en la temporada 1997-98, tiró de sus dotes como actor para que el siempre malcarado técnico holandés le dejara abandonar el club. Su etapa fue tan efímera como poco lucida.
«Era surrealista. Pasé seis meses preguntándome qué pintaba allí.