Jorge Mendes ha pasado de ser el representante más conocido del mundo a tener un verano nefasto viendo como Mino Raiola colocaba a todos sus jugadores a precio de oro y como sus intentos de operaciones fracasaban. De hecho, ni consiguió meter mano en el Valencia, donde cada vez cuentan menos con él para sus fichajes, ni consiguió que Florentino Pérez renovara a Cristiano Ronaldo (se espera que se haga en breve), ni pudo sacar a Raphael Varane del Real Madrid, ni tampoco pudo colocar en la casa blanca a un jugador que le había prometido que su destino estaba en la capital española.