Sin duda, lo más comentado tras el segundo empate consecutivo del Real Madrid en dos encuentros que aprietan al máximo la Liga por arriba no va a ser la deceleración de ese ritmo de victorias tan positivo que mantenía el equipo blanco en este inicio de temporada, ni tampoco sus crecientes problemas a la hora de manejar y cerrar sus partidos. Tampoco el mal estado de forma de la BBC. El tema estrella del domingo (y de la semana) va a ser el cambio de Zinedine Zidane, que decidió sacarle del campo únicamente con 1-2 en el marcador y a falta de poco menos de veinte minutos… y el cabreo importante del portugués por ello.
No se recuerda a un entrenador en el Real Madrid que haya sustituido a Cristiano si no ha sido de mutuo acuerdo. Sin mediar lesiones, sin más, como uno más del equipo. Zidane demostró definitivamente que no le pesan los nombres y que hará lo que considere en cada momento, y no han tardado en aparecer las primeras teorías que hablan de una primera brecha entre CR7 y el entrenador francés. Nada más lejos de la realidad. Cristiano estaba visiblemente enfadado, es cierto, pero por su actuación irregular durante el partido, las ocasiones que falló y sí, porque le estaban cambiando… pero no personalmente con Zidane, sino con la situación.
Tanto el propio Zidane como la madre de Cristiano, Dolores Aveiro, convertida en una especie de ‘pacificadora’ inesperada, quisieron quitar hierro a la situación ya en la noche de este sábado.
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