Martin Odegaard sigue sin encontrar sus sitio. Luchando en campos de Segunda B, las aspiraciones de la familia noruega, en concreto de su padre/agente, son mayores.
Zidane ha cerrado las puertas del primer equipo al chaval y el Real busca una salida airosa para un fichaje que va camino de sacar los colores al club. La estrella anunciado a bombo y platillo no asuma por ningún sitio.
Odegaard, cuentan fuentes del filial, no es un mal jugador, pero no tiene la madera de crack que se presuponía con su llegada. Solari está satisfecho con su rendimiento. Es más, el futbolista está teniendo un rol importante en el Real Madrid Castilla. Pero el chico quiere más.