Con Pako Ayestarán, la situación era diferente. Le desmontaron el equipo con el objetivo de equilibrio económico y no pudo apañarse con lo que le quedó.
La llegada de Cesare Prandelli ha motivado, por las imperiosas necesidades deportivas, un cambio de filosofía y que el técnico italiano imponga sí o sí sus condiciones, que no son otras que un control de la plantilla y obligación de traer refuerzos en enero.
Fue la cláusula que Prandelli hizo firmar al propietario Peter Lim como paso previo a comprometerse con el Valencia.
Ambos personajes tuvieron una reunión previa en Singapur para negociar.