Era un niño, un menor de edad, cuando Diego Polenta abandonó su país porque Danubio aceptó 1,8 millones de euros por su ficha, que pasó a ser propiedad del Genoa. El defensa central hizo un largo capítulo en Italia entre su etapa formativa en el Genoa y su posterior asentamiento como profesional en el Bari, equipo del que salió tras una exitosa campaña en lo personal, la 2013-14. Fue Nacional el club que lo llevó de vuelta a Uruguay, y su respuesta ha continuado siendo notable, hasta llevar con justicia el brazalete de capitán.Para Polenta, un central duro que impone su liderazgo a los compañeros de línea, los tiempos felices parecen que van a tener prolongación porque el fútbol europeo no se olvida de él. En este caso, las ofertas a su representante, Óscar Bentancourt, le están llegando desde la Península Ibérica, tanto de equipos españoles como portugueses.