Que Cristiano Ronaldo no pasa nunca desapercibido es algo que no hay ni que explicar, porque todo el mundo lo sabe. El crack del Real Madrid es, probablemente, la figura del deporte más seguida en redes sociales debido entre otras cosas a su afán por compartir todo tipo de aspectos de su vida privada. Lo hace casi a diario a través de sus cuentas oficiales, y siempre dejando su inconfundible sello, el de su particular personalidad. Vanidoso e inaguantable para algunos, único y con un gran corazón debajo de toda esa capa de opulencia y despilfarro para otros, no es extraño ver noticias en los principales medios deportivos no sobre sus proezas sobre el terreno de juego, sino sobre su último vídeo entrenando en el gimnasio de su casa o enseñando a su hijo alguna cosa.
La última de estas imágenes la dejaba en el día de ayer. Cristiano aparecía saludando a sus fans en una pose parecida a la que pone cuando lanza libres directos en un partido. Serio, firme y con los brazos extendidos, justo delante de uno de sus coches de lujo más preciados: un fantástico
Lamborghini Aventador, de
700 caballos de potencia y 350.