El Atlético de Madrid ha mandado un mensaje muy claro con la renovación de Ferreira Carrasco: los rojiblancos ya no son un club vendedor y aspiran a todo. El belga había despertado en las últimas fechas el vivo interés del Barcelona, club que ya intentó en el pasado hacerse con sus servicios, así como del PSG y los dos equipos de Manchester, el City y el United. La polivalencia de este jugador y su capacidad resolutiva le convertían en una pieza muy apetecible. Sobre todo, teniendo en cuenta que su antigua cláusula de rescisión estaba cifrada en 40 millones de euros.