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5 claves para entender por qué el Madrid (y Zidane) se han disparado en un pie

Los blancos se complican el primer puesto del grupo en un encuentro que tenían ganado. Ahora deben ganar en Lisboa y al Dortmund en casa

5 claves para entender por qué el Madrid (y Zidane) se han disparado en un pie
5 claves para entender por qué el Madrid (y Zidane) se han disparado en un pie Don Balón

Explicar lo que le pasó al Real Madrid en Varsovia, o más bien lo que pudo haberle pasado, se hace difícil sin desprenderse de lo raro del ambiente. De un estadio vacío pero lleno de sonidos extraños, donde se escuchaba todo y a todos, y en un ambiente frío y distante de todo lo relacionado con la emoción. Es evidente que no sirve de excusa para el campeón de Europa, que hoy pareció otra vez tan vulnerable como tantas ya esta temporada y empieza a ser preocupante, a pesar de que los de Zidane todavía permanecen invictos esta campaña. Pero por encima de todo, esta noche parece imposible no pensar que por momentos este es un equipo que se confía, que se siente tan superior al rival hasta el punto de subestimarle de forma grotesca, incluso desde el banquillo. Y quizá esta vez la ausencia de público terminó por contagiar a los jugadores de esa sensación. Lo que vimos fue una historia de terror que se fue complicando para los visitantes, que a punto estuvieron de volverse de Polonia con un auténtico problema bajo el brazo.

El once, primer síntoma. Muchos podrán pensar que alinear a cuatro delanteros, la BBC más Morata, acompañados de dos de los tres centrocampistas titulares, Kroos y Kovacic, el Real Madrid estaba dándole mucha importancia al escenario, al rival y al encuentro. El resultado fue totalmente inverso. El mensaje significaba que era una noche para golear sin complicaciones, para el divertimento, hasta el punto de considerar al Legia un púgil que por mucho que pegara, siempre iba a dar golpes poco contundentes. Como en el Bernabéu. Daba igual la descompensación y el 4-2-4, que dejó una vía para los contraataques de los polacos y siempre perjudicó el control del juego y del partido para el Madrid. En lugar de generar más ocasiones, el Madrid se atrancó en su propio embudo en ataque. Pese a todo, ya ganaba al minuto de juego gracias a una volea imparable de Bale, que contribuyó al autoengaño, y un gol de Benzema pasada la media hora.

Golazo de Ofoe. El 0-2 estableció un panorama peligroso para el fútbol y el espectador. Había peligro de que el Madrid se acomodase aun más en el sillón, algo que sólo lo agita cuando el rival abofetea con éxito. Y así lo hizo. Una internada de Ofoe sin excesiva oposición en la frontal acabó con un disparo imparable a la escuadra. El 1-2 descontroló al equipo de Zidane que para nada se esperaba algo así, y fue el primer momento de la indigestión.

Malos cambios. A partir de entonces, el equipo blanco se fue metiendo solo en la boca del lobo. No volvió a controlar el encuentro ni tampoco a ser dominador de las áreas, ni a favor ni en contra.

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