Mientras Leo Messi resuelve los problemas del Barça con sus goles y sus actuaciones estelares, en el seno del vestuario azulgrana van asentándose los celos entre los jugadores que se sienten decepcionados por no entrar en los planes de Luis Enrique y también entre los que no pueden jugar y asisten con preocupación a lo que ocurre en su ausencia. Son los casos de Rafinha y de Jordi Alba.
El primero, de quien su hermano Thiago ha afirmado que debe ser ya titular en el Barça, esperaba otro grado de confianza de Luis Enrique hacia él. El técnico se lo llevó a Vigo
cuando fichó por el Celta y luego lo recuperó para el Barcelona. Una lesión frenó la temporada pasada su proyección, pero este año el centrocampista brasileño está respondiendo con creces cada vez que Luis Enrique le da una oportunidad.