Finalmente, estalló el lío con Sergio Araujo en Gran Canaria.
El Juzgado de lo Penal número 3 de Las Palmas
ha condenado al delantero argentino de la Unión Deportiva a nueve meses de cárcel y a dos años sin poder conducir, por los hechos acaecidos días después del encuentro entre el equipo local y el Real Madrid, concretamente el pasado 26 de septiembre. Tal y como se le acusaba desde la Fiscalía, a Araujo se le castiga por su negación
a someterse a un segundo control de alcoholemia, tras ser retenido en su vehículo y dar positivo en el primer control, superando por mucho la tasa permitida.
El futbolista y su abogado habían argumentado que el argentino se vio metido «en una encerrona» por parte de los agentes, que primero le obligaron a desplazar su vehículo a un arcén donde no interfiriera en el tráfico, incluso después de que Araujo les advirtiera de que había bebido. El delantero afirma, además, que se había detenido porque la persona junto a la que circulaba y que en realidad era quien conducía en primera instancia, un amigo, se encontraba indispuesto.
A pesar de que la versión de la defensa también sostiene que la primera de las pruebas (y a la postre la única que se efectuó) se realizó con un etilómetro no homologado, y admite que la actitud del futbolista no fue la más apropiada (llamó «mentirosos» a los Guardias Civiles), en la versión acusatoria, al ex de la cantera del Barça se le atribuye la siguiente frase: «No soplo, yo no conducía.