¡Centro perfecto de Carvajal que controla el malagueño con el pecho y remata cruzado de primeras para igualar el encuentro! ¡2-2!
Contra toda la lógica, después de haber jugado fatal casi todo el tiempo, los españoles le echaron pelotas y salieron vivos y orgullosos del impresionante Wembley.
En el minuto 95, en la última ocasión de un partido flojo y errático, España consiguió salvar un empate en Wembley con un tanto de Isco.
Inglaterra, superior a los de Lopetegui, se puso por delante muy pronto con un gol de Lallana y dominó el partido taponando a Busquets en la salida.
Ya tras el descanso Vardy hizo el segundo y reina salvó el tercero.
Los cambios lavaron la cara de España e Iago Aspas primero e Isco después consiguieron empatar en los últimos diez minutos.
Algunos dirán que faltaba más de medio equipo titular. No estaban Piqué ni Ramos y quedó claro que el nivel de Iñigo con la selección está muy lejos del mostrado con la Real Sociedad.
Tampoco vestían hoy de corto De Gea, Jordi Alba o Morata y Diego Costa. Y, por supuesto, faltaba Iniesta. Con él, la presión adelantada de los de Southgate hubiera sido menos asfixiante, eso seguro.
Pero bajo ese manto de excusas no puede abrigarse España. Entre otras cosas porque a Inglaterra también le faltó Rooney, Kane y Dele Alli y únicamente ofreció a Rashford los últimos 20 minutos de partido.
No les hicieron falta. El planteamiento inglés se comió el de Lopetegui a todos los niveles, como ocurriera con Conte y Del Bosque en aquella desgraciada tarde de París.
Sólo así se entiende la superioridad de Inglaterra o que Lopetegui reculase y abortase el experimento del 3-5-2 con Vitolo y Carvajal como carrileros y recuperase la defensa de cuatro a la media hora de juego.
Para entonces, España ya perdía y se mostraba bastante inferior a los ingleses. Primero Lallana y más tarde Lingard se convirtieron en la sombra de Busquets para cerrar la salida de La Roja.
Por delante de ellos, una línea de tres que ahogaba el juego combinativo de España. Ni rastro de Mata, tampoco de Thiago o Aduriz, futbolistas destinados a demostrar que pueden ganarse un puesto en el equipo de Lopetegui.
A los ocho minutos un balón desde la derecha encontró a Vardy, previo cruce fallido de Iñigo Martínez, el gran señalado de la noche en Wembley.
El punta del Leicester le sacó el penalti a Reina y Lallana, antes de caer lesionado, hizo el resto.
Encontraba Sterling un agujero por la banda de Carvajal y España se mostraba frágil en cada acercamiento inglés. En ataque, poco o nada que ofrecer. Apenas un disparo de Vitolo fue el bagaje de La Roja en el primer tiempo.
¿Y si el ‘9’ está en Vigo?
El asunto no mejoró tras el descanso. España naufragó en un mar de dudas que Inglaterra se encargó de acrecentar según avanzaba el partido. Tres minutos tardó en golpear de nuevo el equipo de Southgate.
Un balón cruzado desde la derecha lo convirtió en oro Vardy con un cabezazo a quemarropa en el segundo palo. El inglés le robó la cartera, el reloj y hasta los cordones de las botas a un Iñigo contemplativo.
España decidió entonces asumir riesgo y el partido pudo acabar en goleada. Por fortuna, enfrente estaba Inglaterra y no Alemania o Italia, mucho menos considerados en escenarios como el que se generó en Wembley.
Llegó el carrusel de cambios y ahí murió el interés del amistoso hasta que apareció Aspas. Quizá el ‘9’ de España no esté en Madrid o Londres ni tampoco en Bilbao y sí en Vigo. Sin duda es la única lectura positiva de un día para olvidar. Viene bien para rebajar la euforia, pero tampoco nos cubramos ahora de pesimismo. Entre el blanco y el negro siempre hay grises.
