Aunque las relaciones entre Leo Messi y Luis Enrique sean de puertas afuera excelentes después de la crisis que vivieron hace dos años y que acabó con Barcelona logrando el triplete, lo cierto es que no viven precisamente en una luna de miel. Messi muestra su confianza en público con el entrenador, y el técnico no regatea elogios hacia Messi, a quien en repetidas ocasiones ha bautizado como el mejor futbolista de todos los tiempos.
Sin embargo, Leo Messi ve en Luis Enrique dos caras. La del que confía su suerte al talento de sus mejores futbolistas y la del técnico que quiere ejercer de entrenador con una plantilla amplia que le permite hacer experimentos. Messi es de la idea de que deben jugar siempre los mejores, entre otras razones porque los futbolistas del Barça también son atletas que están perfectamente capacitados para soportar una temporada sobrecargada de partidos.