Luis Enrique está protagonizando su peor arranque liguero desde que hace tres años aceptó el reto del banquillo del Camp Nou. Y en Anoeta sus jugadores tocaron fondo. La posterior autocrítica de todos ellos confirma que existió un evidente problema de actitud entre los jugadores. Es decir, se asume que no hubo compromiso ni ganas de victorias entre los doce jugadores que saltaron al césped. Y eso precisamente es lo que ha sorprendido a la directiva del FC Barcelona, que ante la evidencia de la falta de compromiso de sus futbolistas, Luis Enrique no tomara decisiones drásticas y renunciara a hacer dos cambios.
Era evidente que el Barcelona necesitaba revulsivos en San Sebastián y algún que otro toque de atención. Pero Luis Enrique no encontró otra solución que sustiuir a Rakitic por Denis Suárez, que realmente se convirtió en el mejor del equipo en la segunda parte.