De puertas para fuera, felicidad, tranquilidad y a seguir. Pero hacia dentro, la sensación de haber perdido una oportunidad de dejar sentenciada la Liga y herido de muerte al Barça. Así se sentía el Real Madrid a su vuelta de Barcelona este sábado, sobre todo porque considera que, a pesar de que los culés fueron superiores durante casi todo el segundo tiempo y tras el 1-0, en general, el Clásico
demostró que los blancos están por encima de su máximo rival en estos momentos.
Pero, si algo condicionó en gran manera el empate, fue Clos Gómez.
Tal y como cuenta MARCA, existía dentro de la expedición blanca y en el club el convencimiento de que la elección del colegiado no era buena para los intereses merengues. Gómez no gusta para nada en Valdebebas, y sus decisiones volvieron a perjudicar seriamente al Real Madrid, sobre todo con el penalti no señalado a Lucas Vázquez por parte de Mascherano en el minuto dos de partido. Una acción absolutamente decisiva, ya que adelantarse en el marcador nada más comenzar el encuentro podía haber hecho que éste variase sensiblemente.