Las derrotas en ambas Supercopas, unidas a las dudas iniciales por la falta de eficacia en el sistema y la idea de juego, quizá más cercana a la utopía que al modelo práctico de Emery, pusieron a Jorge Sampaoli en el ojo del huracán al principio de la temporada. Muchos no daban un duro por que el argentino llegase a comerse los turrones. Sin embargo, poco a poco, el entrenador del Sevilla ha ido convenciendo a los suyos y adaptándose a lo que tiene, para convertir al equipo andaluz en una máquina diésel capaz de codearse con Barça y Madrid en la Liga.No sólo se va a comer los turrones, sino que lo que este año es una marca modesta, el que viene puede transformarse en caviar. Y es que el buen hacer de un hombre que debuta este año en Europa tras una exitosa carrera en Sudamérica ha provocado que surjan rumores sobre un posible desembarco en el Barça, donde Luis Enrique, siempre cuestionado, parece estar empezando a desgastarse.
Sampaoli suena para ir al equipo donde juega un crack mundial con el que comparte nacionalidad y al que idolatra: Leo Messi. Y para vestir a su hipotético Barça y rodear al argentino de un equipo de garantías, a buen seguro solicitaría varios fichajes que cambiarían un poco la fisionomía de la actual plantilla, empezando por las necesidades que tiene ahora mismo.
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