Lío. Y gordo. El Barcelona vive en una guerra de guerrillas permanente que amenaza con devorar a la entidad. Los conflictos en los despachos ponen al club contra las cuerdas que ha perdido influencia en las altas instancias del fútbol europeo/español/mundial.
El Barça ha pasado de ser un club con ‘bula’ a una entidad incómoda que genera casi un rechazo unánime. Sus desplantes a la Liga, los ataques a los árbitros (RFEF), su guerra abierta con la UEFA por las ‘estelades’/pitos al himnos de la Champions o la sanción FIFA y el último plante a la gala organizada por el máximo organismo del fútbol mundial, colocan al Barcelona en jaque.
Mientras el Real Madrid gana protagonismo en los despachos, la entidad culé pierde entrada justo donde se decantan decisiones. Llevarse mal con los que manda es un juego peligroso. Una ruleta rusa que le está saliendo cara al Barça.