Gerard Piqué vive en una guerra de guerrillas. El afán de protagonismo del jugador, entrenador, directivo y presidente del Barça que no es ni capitán está enfrentado a la cúpula azulgrana a quien señala como peligroso.
Los aires de grandeza/ego de Gerard lo mata en el Barça. En el vestuario, donde sus propios compañeros le negaron la capitanía. Y en las alturas.
Las salidas de tono de Piqué en las redes sociales/medios dividen a un grupo que afirma que a ‘Geri’ se le ha ido el personaje de las manos. Los menos próximos al central comparten el fondo de su última queja arbitral, pero no las formas. Mientras en el club están que trinan con el defensa.
Desde que Piqué aseguró que quería ser presidente, no se le mira igual.