Hasta hace una semana todo parecía ser felicidad para Real Madrid. Por la Copa del Rey, el cuadro dirigido por Zinedine Zidane, aseguró su clasificación frente al Sevilla en el partido de ida disputado en el estadio Santiago Bernabéu tras imponerse por 3 a 0. Para la vuelta, y sin su máxima figura Cristiano Ronaldo, los ‘merengues’ que aquella noche fueron morados, salvaron un empate en el último minuto del juego gracias al francés Karim Benzema. El Madrid parecía imparable, sin que existiese un solo equipo en el mundo capaz de traerlo abajo. Es decir, darse el lujo de conseguir tamaños resultados sin la presencia de CR7 y Gareth Bale, era sorprendente: 40 partidos invicto, nada menos.
Pero las rachas están hechas para romperse. Y sería el propio Sevilla quien le quitaría el rótulo de indestructible a los madrileños. Pese a que CR7 abrió el marcador de tiro penal en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán; los dirigidos por Jorge Sampaoli supieron darle vuelta al resultado adverso y ganaron en el minutos finales por 2 a 1. Los ánimos al terminar el juego se mantuvieron en calma. Parecía que no había motivo para alarmarse en tienda visitante. Abrazos y saludos de reconocimiento al esfuerzo del rival eran repartidos por Marcelo y Sergio Ramos en el centro de la cancha.
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