Estallido en Vigo. La enésima gota que colma el vaso llego con la eliminación del Real Madrid ante el Celta. La cara de Álvaro Morata en el banquillo blanco era un poema.
El español volvía a quedarse fuera del once una competición que debía dar oportunidades a los jugadores con menos continuidad en el equipo. No fue así.
Zidane solo tiró del español cuando se vio con el agua al cuello. Y Álvaro dice basta. Sin palabas altisonantes, ni montar ningún escándalo, el estallido de Morata es silencioso. Tiene muy claro que ‘Zizou’ no lo quiere. Que Karim Benzema jugaría antes que él incluso cojo. Seguir así es un sin sentido que puede terminar por cargase la carrera del jugador.
Morata pide minutos, continuidad e importancia y el Real se la niega.