Casi al mismo tiempo que el árbitro, Gil Manzano, pitaba el final del partido y empezaba el carrusel de acusaciones al colegiado por ambas partes, en las redes sociales se desataba un clamor entre el madridismo de cara a la próxima final de la Copa del Rey, en la que ya se sabe que estará el Barça por cuarto año consecutivo. El choque de trenes entre los azulgrana y el Atlético de Madrid
no pasó desapercibido para la hinchada merengue, que en mayor o menor medida opinó del partido y se mostró especialmente satisfecha al ver cómo en ambos bandos se desataba la ira más absoluta contra el arbitraje.
Coinciden una inmensa mayoría de madridistas en que esta semifinal entre Atlético y Barça ha desgastado mucho física y mentalmente a dos de los tres máximos rivales de los blancos en la competición doméstica (tienen muy en cuenta al Sevilla también). Pero esto también es algo que se contempla en el club. Si había que sacar algo positivo de la eliminación a manos del Celta es esta. Pero si, además, el cruce termina como terminó anoche, con reproches por parte de ambos conjuntos
por lo que consideran una ‘campaña’ desde el lado colchonero y una ‘persecución’ en el culé, mucho mejor. Quejarse de los árbitros es algo de lo que el barcelonismo ha presumido siempre y por ello ha quedado retratado, piensan, mientras que el Atlético al fin ve cómo no es precisamente el Real el club más beneficiado por la actuación de los trencillas.
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