La cuenta va así:
40 partidos de suspensión por la agresión a un arbitro asistente, 5 partidos por dirigirse violentamente en otra acción que no llegó a ser agresión y otros 2 partidos más por desconsideración con el colegiado del encuentro, en total 47 partidos.
Es la sanción que le cayó a un macarra del Jédula (Cádiz), la decisión fue tomada por el Comité de Competición de la Real Federación Andaluza de Fútbol (RFAF) este jueves tras los hechos ocurridos en un partido de la Primera Andaluza Sénior, cuando el equipo se enfrentaba al Recreativo Portuense, que tuvo lugar en El Puerto de Santa María.
«Esta importante sanción es una prueba más de la firmeza con la que la Real Federación Andaluza de Fútbol sanciona las acciones violentas y agresiones (físicas o verbales) dentro del terreno de juego, objeto de su competencia, especialmente si tienen como víctima al árbitro del encuentro, con agravantes en casos de racismo, xenofobia y homofobia», señala la RFEF en una nota.
El Comité de Competición de Sevilla había impuesto otra sanción a cuatro jugadores y al entrenador del CD San Martín, de la Cuarta División Andaluza Sénior, en ese caso por 51 encuentros cada uno, también por agredir a colegiado, que tuvo que permanecer 18 días de baja para recuperarse.