Rafinha gusta, y mucho. El centrocampista brasileño se entiende a la perfección con los tres de arriba, ayuda en defensa y se sacrifica como el que más. Tiene talento con el balón en los pies y lo más importante: tiene gol.
Esta temporada tiene un gran acierto de cara a portería, y en el Calderón volvió a aprovecharlo para dar ventaja a los suyos. Messi, Suárez y compañía están encantados con él.