Luis Enrique era el gran señalado tras la derrota del Barça en Málaga, que puede haber finiquitado la Liga para los intereses culés.
El empate en el derbi dejaba a los azulgrana la posibilidad de ser líderes ganando en La Rosaleda, pero Lucho tiró de rotaciones incluso con el primer puesto en juego y dejó en el banquillo a Iniesta y Sergi Roberto para dar entrada a André Gomes y Denis Suárez, además de Mathieu en el eje de la defensa.
No le salió nada bien el movimiento al técnico.
El central francés fue el principal responsable del primer tanto del Málaga, con un error garrafal que permitió que Sandro se marchase solo y definiese ante Ter Stegen en la primera mitad.
Así mismo, el equipo estuvo inoperante en ataque y excesívamente espeso en la construcción, en una noche para olvidar. Pese a ello, en la rueda de prensa posterior, Luis Enrique señaló, entre otras cosas, a las decisiones arbitrales como una de las causas principales del pinchazo de su equipo.