Dybala no es ningún novato. El argentino no cierra la puerta del Barça, pero abre la del Real Madrid de par en par.
El buque azulgrana inclina la proa. El hundimiento del Barcelona tiene en aviso a media Europa que apunta a una nueva travesía por el desierto para los culés: la columna vertebral del equipo supera o coquetea peligrosamente con la treintena.
La planificación llevada a cabo por el club azulgrana fue nefasta. La caja está pelada. Y el futuro no se augura mejor.
Los nuevos refuerzos no han estado a la altura y el equipo ha perdido la identidad que lo hizo ganador. En el Real Madrid se giran las tornas.
Zidane ha recuperado el rumbo de una plantilla perdida.
El once de ‘Zizou’ no enamora, pero consigue títulos/resultados y su poder mediático es incomparable a ningún otro.
Y en el Real, además, manejan un bombazo de joven jugador argentino: Paulo siente una profunda admiración por Leo, pero quiere a Messi lejos.