DON BALÓN

Zidane se la juega con una sorpresa brutal ante el Bayern (‘lo de Isco’ se queda corto)

El técnico francés no le teme a nada ni a nadie. Ni los alemanes le van a hacer cambiar de idea

Zidane se la juega con una sorpresa brutal ante el Bayern ('lo de Isco' se queda corto)
Zinedine Zidane, durante su rueda de prensa en el Real Madrid. RM

A estas alturas de temporada a ya nadie se le escapa que Zinedine Zidane es un entrenador con muchísima personalidad.

El francés se sabe dominador del vestuario gracias a su mano izquierda y a entender a los futbolistas mejor que cualquiera.

Su carácter de leyenda del fútbol y del Real Madrid ha hecho que el vestuario se haga una piña, que todos los jugadores establezcan un buen rollo que hace tiempo que no se veía.

Este Real Madrid es una gran familia y eso se nota en el terreno de juego. Y es la base para que el técnico haya podido hacer varias cosas que apenas se recordaban en las últimas décadas.

Porque con Zidane, muchos aficionados jóvenes han visto por primera vez a una versión del Real Madrid en la que los 24 futbolistas de la plantilla tienen minutos y son importantes.

Todos suman, y cuando a cualquiera de ellos le toca salir al campo o ser titular después de poco o mucho tiempo fuera, el nivel medio del equipo no se resiente.

Los resultados se mantienen pese a que estamos ante el Madrid con más descansos y rotaciones que se recuerda, y encima sin que los pesos pesados y/o las estrellas levanten la voz. Para muchos es casi un sueño utópico hecho realidad. Y todo gracias a Zidane.

Un Zidane que, no nos engañemos, todavía está aprendiendo. Conjuntamente a ese meticuloso, ambicioso y descomunal sistema de rotaciones que todavía pone en práctica aun cuando estamos encarando la segunda mitad del mes de abril, el francés hace otra cosa que tampoco se recordaba: intenta variar el sistema y la forma de juego a lo largo de la temporada y de los partidos.

Busca sorprender al rival con planes nuevos si considera que el tradicional 4-3-3 con el que juega el equipo no conviene en un choque o en un momento determinado, y no le tiembla el pulso a la hora de hacer cambios que modifican el dibujo táctico por completo si cree que eso va a ayudar, incluso a costa de sustituir a jugadores intocables.

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