Partidazo. El Real Madrid completó este miércoles uno de los mejores encuentros de la temporada ante el Deportivo de la Coruña en Riazor, y lo hizo con el que los medios han bautizado como «Plan B». Nada menos que nueve cambios respecto al equipo que participó en el Clásico y sin rastro de esos futbolistas que todos entienden intocables en la alineación: Bale, en su casa recuperándose de su lesión; Cristiano Ronaldo y Kroos descansando, y Benzema, Modric, Carvajal y Casemiro en el banquillo.
El resultado fue un vendaval. No sólo de goles, que se marcaron seis y pudieron ser diez, sino de fútbol. Isco, Asensio y James Rodríguez gobernaron el partido a su antojo, Morata fue un punzón constante arriba y Lucas Vázquez recuperó sensaciones después de quedarse en la grada ante el Barcelona. Incluso Kovacic jugó uno de sus mejores encuentros de blanco. El debate en la calle y en los medios este jueves consiste ahora en divagar sobre si por estado de forma, este ‘equipo B’ es más fiable que el ‘A’, en el que la BBC está más cuestionada que nunca desde su formación.
Y, claro está, todo fueron alegrías después del encuentro. Hombres como Isco asumen su rol de suplentes. De lujo, pero suplentes al fin y al cabo. Con muchos minutos, pero por debajo de los que juegan cuando tocan partidos realmente trascendentales (que no es que el Deportivo no lo fuese, pero se entiende que la entidad del rival marca la alineación).
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