Partido de ida de semifinales en el Bernabéu

Triplete de Cristiano Ronaldo que deja K.0. al Atleti en Champions

El delantero del Real Madrid destroza al conjunto de Simeone

Triplete de Cristiano Ronaldo que deja K.0. al Atleti en Champions
Cristiano Ronaldo bate a Oblak de tiro cruzado en el segundo gol. RM

Los tres tantos de la ida ponen muy cuesta arriba la posibilidad de remontada atlética en el Calderón

La Champions y el Madrid forman un matrimonio irrompible. Con altibajos pero irrompible.

Tres de goles de Cristiano Ronaldo al Atlético de Madrid en el Bernabéu han puesto este 2 de mayo de 2017las semifinales de Champions muy de cara para el Real Madrid.

El portugués, que ya le hizo cinco al Bayern en cuartos de final, certificó la superioridad del cuadro de Zidane durante todo el partido.

El equipo rojiblanco está obligado a una gesta el miércoles que viene en el Calderón si quiere tener opciones de llegar a la final de Cardiff.

Cristiano, jugador total, que ha construido su leyenda de partidos así, fue el brazo ejecutor de un Real Madrid brutal, con oficio, paciente y con mejor sentido del tiempo y del espacio.

Por primera vez en esta Champions el Madrid no encajó ningún gol. Por primera vez en la temporada, el Atlético no tiró a puerta. Nunca existió tal distancia en la era Simeone.

Esta vez, el equipo de Zidane tuvo paciencia para templar la primera embestida exactamente por donde la esperaba.

El Atlético se echó sobre Kroos y Modric buscando de salida la paraplejia del vecino, pero el Madrid supo esta vez cocinar el partido por dentro y por fuera.

Isco, como en el partido del Calderón, fue y vino, entró y salió, le escondió la pelota al Atlético y desactivó a sus centrocampistas, remisos e imprecisos, especialmente Saúl.

También fue blanco el perímetro, porque Zidane ha acabado columpiando al equipo en dos laterales singulares, mejores aún en campo contrario que en el propio. Carvajal ya se había plantado ante Oblak en el minuto 6.

Y a Lucas le cayó el marrón de proteger a Marcelo desde una plaza, la de lateral derecho, que nunca había pisado. Sufrió extraordinariamente el canterano, especialmente cuando acudió allí Cristiano a redoblar el ataque.

Así, el Real Madrid, con una fe de la que tantas veces se aparta, fue capaz de fabricarse el partido que le convenía.

Aculó al Atlético contra Oblak, sacó a sus creadores de la jaula y se vio propulsado con un gol tempranero de Cristiano Ronaldo, en cabezazo de rematador puro a envío mordido de Casemiro y adelantándose a Savic. El instinto del goleador para adivinar por dónde soplará el viento en el área.

Antes de que el Atlético asomara la cabeza, el Madrid fue coleccionando oportunidades. Oblak salvó un cabezazo de Varane, Benzema le puso en menos problemas en un remate muy forzado, Modric cruzó un misil más de la cuenta y el francés estuvo a punto de hacer blanco con una chilena.

En el otro lado, Keylor cazó a Gameiro en un mano a mano. Aquella inercia del Madrid comenzó a decaer a la media hora. Había conseguido despeinar al Atlético y comenzó a jugar con el resultado.

Aparecieron entonces Koke, que fue quitándole la palidez a su equipo mejorando la organización, y Carrasco, el jugador con más gracia de los de Simeone, aunque regatea mejor que elige. Él pone la imaginación en esa cadena de montaje. No dio para mucho la convalecencia.

Godín estuvo a punto de sacar partido de una jugada de bote y poco más, mientras Cristiano se ganaba al Bernabéu echándole una mano a Marcelo con Lucas Hernández. El sudor siempre se pagó a buen precio en el Madrid. Al descanso los blancos se fueron con un 12-1 en remates y bajo la conmoción de la lesión de Carvajal, que le obligaba a volar con un solo motor.

El Atlético debió celebrar el 1-0, porque eso le dio una vida extra en la segunda mitad. Ahí recobró parcialmente el pulso, se repartió la pelota con el Madrid y dejó la sensación de volver a la eliminatoria. Más cuando Simeone le metió un puntito de arrojo al equipo con Gaitán, Torres y Correa. No resultó.

La maniobra no ensanchó al Atlético frente a un Madrid menos minucioso con la pelota. Especialmente Casemiro, que se traspapela en la salida de la pelota. Entonces Zidane quitó a Isco. Parece convencido de que sus baterías sólo aguantan una hora. Para Benzema tiene otra medida.

La salida de Asensio sacó al Madrid de su rutina y acabó encontrando el segundo gol en una salida aislada. Cristiano recogió un envío de Benzema y lo convirtió en torpedo a la línea de flotación del Atlético. A partir de ahí el partido fue de Asensio, cuya personalidad está incluso por encima de sus pericia.

Y de Lucas Vázquez, que le regaló el tercero a Cristiano, que preparó la liquidación del Atlético.

Como subraya con brillantez Luis Nieto en su crónica de ‘AS’:

«¡Qué dos suplentes! Cardiff está a un paso del Bernabéu y a varias lunas del Calderón».

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