Clase magistral. El Real Madrid tiene en Zinedine Zidane un filón. El técnico blanco volvió a dar una lección de saber hacer antes, durante y después del encuentro que clasificó al Real para la final de la Champions.
Mientras el Barcelona, Luis Enrique, Piqué y compañía celebraron la eliminación del PSG en la Champions como un título y no como una remontada obligada después de la debacle de París, ‘Zizou’ volvió a enseñar el ADN ganador del Madrid: aquí no se celebran victorias.
La grandeza del Real obliga al equipo a aspirar a lo máximo y todo lo logrado quedará en nadas si Sergio Ramos no levanta la orejona en Cardiff.
Zidane, a diferencia de ‘Lucho’ que saltó como un poseso al césped del Camp Nou tras vencer al equipo francés, no perdió el gesto.