La cosa cambia. Si Luis Enrique hubiera tenido lo que pidió, el Barcelona sería o no campeón de Liga, estaría o no en la final de Champions, pero lo que no sería seguro es el hazmerreír de Europa/España por unos fichajes de pandereta que han linchado al segundo mejor Barça de la historia, por detrás del de Pep Guardiola.
A saber. Lucho avisó: faltan efectivos. Las llegadas de Arda Turan/Aleix Vidal estaban planificadas más allá de la marcha de Xavi/Pedro y nunca como recambio de estos.
El técnico asturiano advirtió de la necesidad de incorporar más madera en la posición de central, dos hombres que apuntalaran el medio campo y, tras la decisión de la directiva de renovar a Pedro para bajar su cláusula y hacer caja, pidió un refuerzo para el ataque.
Los nombres que Luis Enrique puso sobre la mesa antes del verano a Ariedo Braida, capo de operaciones en el Barça entonces, no tenían nada que ver con los que vinieron
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