Messi tiene un ojo en las vacaciones y otro en el Barcelona. La llegada de Ernesto Valverde al Camp Nou no enamora a un vestuario que vigila cada movimiento.
Leo, que tiene pendiente firmar su renovación a la vuelta de sus días de descanso, exige un proyecto ganador a un Barcelona que debe ponerse las pilas sí o sí si quiere seguir la estela del Real Madrid y compañía.
Los fichajes de la temporada pasada convirtieron al Barça en el hazmerreír de Europa con inventos como la reconversión de Sergi Roberto al lateral que liquidaron al equipo en los grandes duelos. André Gomes, Digne o Paco Alcácer restan. Y únicamente Umtiti aprobó el curso.
Para la nueva temporada, Leo avisa: no más saldos. Un pensamiento que comparte por igual el equipo que pide subir el nivel con fichajes de rendimiento inmediato.