La cara amarga de los festejos del Real Madrid por la duodécima quedó reflejada en el rostro del central Pepe. El defensa portugués deja el club, después de diez temporadas como jugador blanco. Es uno de los capitanes, pero apenas se le dio protagonismo en las celebraciones para que pudiese despedirse como se merecía.
Pepe estuvo allí en los actos, donde, primero, la plantilla y el cuerpo técnico acudieron a la Comunidad, donde les esperaba la presidenta
Cristina Cifuentes para luego poner rumbo al Ayuntamiento, donde les recibió la alcaldesa Manuela Carmena.