Se acabó la espera. Con el regreso de Cristiano Ronaldo a la capital de España, ya se puede coger el torno por los cuernos. El Real Madrid asistió atónito al ‘terremoto’
provocado por el portugués sin esperárselo, y tuvo que aguantar el ‘chaparrón’ de leer y escuchar que su máxima estrella tenía más que decidido abandonar el club casi con efecto inmediato. Ahora, prácticamente dos semanas después, parece que las posturas se han acercado y que el entorno del luso ya no vive la situación con la agresividad del principio. Pero falta esa conversación cara a cara entre las partes que lo aclare todo.
Todo apunta a que en esa charla habrá sus más y sus menos, pero que al final habrá cordura y ni Ronaldo finalmente se irá (no le conviene, ni tampoco es demasiado factible en términos económicos), ni el Madrid le dejará escapar. Habrá un respaldo mayor por parte del club hacia él respecto a sus problemas con Hacienda, y el futbolista seguramente realice algún tipo de intervención pública en la que aclarará lo sucedido buscando una reconciliación con una afición que, en general, no se ha tomado nada bien el hecho de que todo se haya desvirtuado por la prensa portuguesa y el jugador no haya querido hablar sobre el tema.
Precisamente, el tema de la afición es ahora lo que más preocupa en el seno de la entidad madridista.
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