Este lunes contábamos en Don Balón que poco a poco y de forma silenciosa, sin prisa pero sin pausa, el Real Madrid está construyendo un colchón importante en su plantilla destinado a frenar la caída de Luka Modric. El croata cumplirá 32 años dentro de poco y el final de su vida deportiva o, al menos, de sus mejores años como futbolista está más cerca que el principio, eso está claro. Y cada campaña que pasa se acrecientan sus problemas físicos. Por eso, la llegada de Dani Ceballos viene a completar una plantilla en la que los centrocampistas de toque se han hecho con el protagonismo, dentro de un equipo que Zidane ya preparó para jugar con el esférico y dominando la temporada pasada.
Sin embargo, toda esta evolución también compromete a la BBC. Ahora mismo, el Madrid cuenta con una línea de nada menos que 9 centrocampistas: Casemiro y Llorente en la función defensiva, Modric, Kovacic, Kroos y Ceballos como pivotes organizadores, e Isco, James y Asensio como mediapuntas. A falta de que se confirme la salida del colombiano, es evidente que este grupo de jugadores copan responsabilidades y peso dentro del esquema de juego y las capacidades del equipo. Sin embargo, el Real Madrid continúa teniendo un teórico dibujo en 4-3-3, ‘arrastrado’ forzosamente por la titularidad indiscutible de Benzema, Cristiano y Bale.
Ahora, esa reflexión que Zidane realizó en sus primeros tiempos como entrenador («mientras estén físicamente bien, son intocables») cae en saco roto por lógica pura.
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