Poco a poco, entre los aficionados al fútbol en Estados Unidos no se empieza a hablar de otra cosa que no sea ese esperadísimo MLS All-Star Game entre un combinado de los jugadores escogidos por la hinchada local y el Real Madrid. Los de Zidane despedirán su periplo por tierras norteamericanas tras disputar la International Champions Cup, y con la mirada puesta en los dos títulos que se jugará en apenas dos semanas, antes de comenzar la Liga: las Supercopas de Europa y de España.
Ya hemos contado en Don Balón que el combinado All-Star americano preparará el partido a conciencia. Pero en el bando blanco, a pesar de que se tratará de un choque de carácter amistoso, y de que Zidane debe medir bien las fuerzas físicas de los suyos a sólo seis días de la Supercopa de Europa, no se va a tomar este partido a broma. Ni mucho menos. Hay una imagen y un prestigio en juego.
Por ello, el técnico francés, que habrá tenido ya tres choques para descubrir cómo están sus jugadores en este inicio de temporada tras el doblete del año pasado, podrá hacerse una idea más completa de cómo quiere jugar esa Supercopa ante el Manchester United en función del estado de forma y la disponibilidad de los suyos.
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