Neymar se marcha del Barça, entre otros muchos motivos, porque se ha cansado de esperar. El crack brasileño ha estado cuatro temporadas a la sombra de Messi en el Barça y se marcha al PSG para (al menos, esa es su intención) dar un paso adelante en su carrera y convertirse en el líder que debía ser una vez ‘cayese’ el argentino en el equipo azulgrana. Podría parecer, por tanto, que la relación entre los dos astros en su etapa juntos en el Camp Nou ha sido mala, pero todo lo contrario.
Si por algo ha cosechado éxitos este Barcelona de las últimas temporadas ha sido por la voracidad, la compenetración y el gran rendimiento de la MSN, la línea de ataque que ha sostenido al club en muchos momentos de falta de juego. La relación entre Messi, Neymar y Suárez fue para muchos siempre excelente, y para otros, como poco, cordial o lo suficientemente correcta y fluida como para mantener un buen ambiente en el vestuario. Sin embargo, lo que sí se ha dicho desde siempre es que el ’10’ y el ’11’ azulgrana competían (extraoficialmente) por conformar una plantilla repleta de jugadores ‘amigos’, futbolistas llegados por recomendación suya que fuesen, de alguna manera, de su cuerda.
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