Adiós, Neymar. En el vestuario del Barcelona nadie llora la fuga del brasileño. Al contrario: muchos son los que, en ‘petit comité’, afirman que la estampida del ‘11’ es lo mejor, o de los mejor, que le podía pasar al Barça en el momento actual.
En el vestuario azulgrana un pensamiento ha ido ganando fuerza hasta golear por mayoría: si Ney no quiere estar en el Barça, que no esté.
La huida de Ney, que dejará 222 millones, se dibuja como un mal menor a tenor de los movimientos en los despachos que anuncian un once de campanillas para el nuevo curso con cracks de primer nivel.
La entidad tiene en mente atacar dos fichajes de campanillas –al que se podría sumar un tercero- que haría olvidar al brasileño en un abrir y cerrar de ojos.
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