Quedan sólo cuatro días para la disputa de la Supercopa de Europa, y Zidane sabe que ya no hay más opciones de corregir cosas por delante. Los cuatro encuentros de preparación de esta pretemporada se han terminado para el Real Madrid, y contra el bagaje negativo que sorprendió hasta al propio técnico (ninguna victoria en noventa minutos y dos derrotas) sólo cabe trabajar hasta el día del choque contra el Manchester United y esperar que sus pupilos mejoren ostensiblemente lo visto hasta ahora.
Y desde luego que se puede esperar algo así, porque dudar de la capacidad de un grupo que hace apenas tres meses conquistó un doblete histórico sería osado; pero también, porque el bajo rendimiento que han mostrado los futbolistas hasta ahora (salvo excepciones) hace pensar que a peor no podrán ir. Sobre todo en lo relacionado al balance defensivo, que ha sido nefasto a lo largo de la gira por Estados Unidos, y que ha acabado afectando al resto de aspectos negativos, pero no tanto, que ha arrastrado el equipo, como la excesiva circulación de balón y el escaso mordiente ofensivo.
Los números en contra del Real Madrid en defensa son abrumadores este verano. Son 9 los goles que ha encajado el equipo en cuatro encuentros, cuatro de ellos a balón parado. Además, el equipo blanco recibió 58 disparos a puerta, una media de 14 por encuentro, según datos del diario As.
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