El Barça había trazado este verano una estrategia para que Neymar no se marchara y esa pasaba por darle mayor importancia a sus pretensiones, y no solo las económicas. Una de las cosas que había pedido el delantero antes de irse de vacaciones fue que volvieran a hacer un nucleo de jugadores brasileños y la subida de Marlon al primer equipo fue el paso inicial.
Tras él y la ampliación de contrato de Rafinha Alcántara iban a llegar uno o dos jugadores brasileños más. Mientras tanto Douglas volvía al grupo mientras se cerraban estas contrataciones.